¿Has oído hablar de la biodiversidad? En pocas palabras, se trata de un término que describe las diferentes plantas, animales y microorganismos que viven en la Tierra, así como los ecosistemas que forman. Y estos diversos ecosistemas juegan un papel esencial para garantizar que tengamos agua limpia y comida.

Lamentablemente, la industria de la moda no es amable con la biodiversidad. Todo, desde la producción de materias primas hasta la producción de hilos y el transporte, causa un impacto en el medio ambiente. Aunque es necesario un cambio en la industria para transformar la moda, en H&M estamos comprometidos a reducir nuestro propio impacto negativo. Así que estamos tratando de cambiarlo.
Si evitamos el uso de productos químicos nocivos, las fuentes de energía de origen fósil y los empaques de un solo uso, podemos ayudar a proteger nuestra agua, aire y suelo. Por eso, nos fijamos objetivos ambiciosos: reducir a la mitad nuestras emisiones para el 2030 y lograr un impacto de cero emisiones para el 2040. Estos objetivos se basan en la ciencia más reciente y se alínean con el Acuerdo de París, que declara que debemos mantener el aumento de temperatura a 1.5° para garantizar la salud de nuestro planeta. Para ello, exploramos nuevas formas más sostenibles de preparar, transportar y empaquetar nuestros productos.
Junto con organizaciones como WWF y Solidaridad, también queremos establecer un nuevo estándar para el uso del agua en toda la industria de la moda. Se necesitan 7,000 litros de agua para crear un solo par de jeans (eso es suficiente agua potable para satisfacer las necesidades de una persona durante siete años), así que es esencial que cada gota se utilice cuidadosamente. ¿Cómo? Eliminando los lavados innecesarios durante el proceso de teñido, capacitando a nuestro personal y proveedores para que reduzcan al mínimo el uso del agua y animando a los agricultores a utilizar menos productos químicos. También estamos presionando para que se creen políticas más estrictas para la restauración y protección de los ríos y el agua dulce en países como Turquía y Bangladesh.